Acá estoy
vestida de espuma y acero
sin horas ni momentos,
desnuda e incompleta
en la mano izquierda un trozo de tiempo
y entre mis sienes un recuerdo hiriente.
Sobre la mesa descansa un pequeño frasco,
con tierra de mi tierra,
que guardé apurada y puse en mi maleta
antes de mi partida.
Mis ojos hambrientos de verde y cordillera
se desmoronan en aludes correntosos
sendero abajo,
violentos como caudales estrepitosos.
Mi boca mojada está repleta de palabras
que no dije
y aprieto los labios para que no caigan
en mi insanía.
Imagino un muro blanco donde florecen rosas
y flores que no planté por que simplemente
no quería,
pero allí están, en mi ensoñación
de ese jardín verde, tan verde
que pintor alguno pintar jamás podría.
De mi pelo caen hojas secas
y he notado la piel de mis manos
con aroma a musgo frío y húmedo
donde araño tierras extrañas
a ver si encuentro la mía.
Sin embargo, estás tu,
aquí, conmigo, cercano,
lleno de dulzuras y poesías
y me haces reinvetarme cada día,
me comienzan a crecer alas
y existes solo para mi,
en este bosque que has creado con tanto amor
donde no existen las maldades, los engaños, las mentiras,
las decepciones,
nada que dañe la felicidad que me das
cada día.
Y todo lo que extraño desaparece,
solo necesito los frutos de mis entrañas,
pedazos tiernos de mi vientre;
ellos me harían completa,
entera,
dichosa,
intentaría escribir canciones
bailaría hasta caer exhausta
abrazada a ti y a ellos
viviría
y moriría.
___________
NOSTALGIAS por
Elisa Golott se distribuye bajo una
Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.