12 noviembre, 2012
PRESENCIA
Tantos instantes; adoptados como hijos de mi ternura
tantos momentos que acuno entre mis brazos
meciéndolos aún en las ausencias,
mientras beso tu cabeza despeinada y revuelta.
Robo un poco de sol al mediodía
para entibiar tus horas solitarias
cuando caminas en la oscuridad de noviembre
entre los grillos chillones y las estrellas fugaces.
Veo que escondes tus manos,
aquéllas que regalaban mariposas,
y corro entre las sombras a tu espalda
para aferrarme con fuerza gentil y amorosa.
Te canto despacito una nana aprendida de niña
y escondida meto en tu bolsillo
un beso secreto
y un puñado de dulces. ©
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2 comentarios:
Elisa quien no se enamora de tus letras es que en definitiva no siente. Escribes maravilloso, siempre vengo a leerte y he querido dejarte este comentario como muestra de mi admiración. Te felicito, eres un terroncito de azúcar.
Patricio
Gran exquisitez de poema. Un abrazo
Paz
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