En el desván de mi casa
hay un baúl viejo donde guardo mis confidencias,
mis esperanzas, mis felicidades, mis tristezas.
A veces me voy allí y comienzo a sacarlas una a una;
las reviso con detalle
tardes enteras...
tienen olor a polvo,
otras a cosas nuevas,
mis dedos las recorren junto a mis ojos,
las cojo, algunas con alegría, otras con melancolía y
las menos con mucha pena.
En frente del baúl, en la pared blanca hay un calendario viejo,
con fechas remarcadas y las hojas desvestidas de horas idas,
de citas que nunca fueron,
de cumpleaños celebrados,
de algún día en rojo que me indicaba
algo en mis planes conmigo misma,
que ya ni recuerdo que eran.
Tantos días colgados de un clavo oxidado
en esa pared descascarada y desierta.
En el techo una pequeña araña teje tranquila
no sé si me mira, me ignora o está atenta,
siempre que vengo está allí
como una silenciosa compañera,
y cada vez me ve hacer lo mismo,
pasear mis manos por esos íntimos recuerdos,
que guardo como joyas empolvadas
por el desuso,
un poco olvidadas por la memoria
y como una pluma dorada
paso sobre ellas,
así se quedan con el polvillo del tiempo
porque dicen que resucitar muertos es malo
y recordar mata el alma
y exilia el olvido.
Cada vez que vengo, traigo experiencias nuevas
y las guardo para más adelante
para bebermelas a cortos sorbos...
son tantos recuerdos,
tantos sueños sin destino,
tanta vida vivida,
tanto júbilo presente,
tantas vivencias pasadas,
tantas lluvias acompañada
y tan solitarias nieblas.
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EN EL DESVÁN by Elisa Golott is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional License.
1 comentarios:
Lindas nostalgias amiga y esto me encanta como a un sueno que el tiempo nunca hay muerto!
Eres mui bella mi hermaña...te felicito
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