HORAS MUERTAS
Mueren las horas en la tarde.
Caen lentas y agonizantes,
como la luz de este sol tibio y descolorido.
Semejante al rostro de la muerte;
pálido, inmóvil, indiferente.
Se diluyen entre el horizonte mortecino y gris.
Caen lentas y agonizantes,
como la luz de este sol tibio y descolorido.
Semejante al rostro de la muerte;
pálido, inmóvil, indiferente.
Se diluyen entre el horizonte mortecino y gris.
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3 comentarios:
A veces matamos el tiempo tontamente, sin darnos cuenta que el tiempo es el que nos va a matar.
Hola Elisa, ha sido un placer leerte y pasar por tu bonito blog,
que disfrutes el fin de semana.
Un beso
RMC
Horas muertas, me ha parecido un brillante poema. Es verdad que el tiempo es una constante. La sutileza con que te refieres a momentos que acaban, que pasan, que envejecen, es altamente poética.
Felicitaciones Elisa. Un abrazo.
Bellísimo poema breve, lleno de lirismo y suavidad, Elisa.
Mis felicitaciones
Un abrazo grande
Ana
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