UN JARDIN PROMETIDO

Me prometiste un jardín florido. Un árbol con frutos de oro.
Plantaríamos juntos césped en la tierra fértil de nuestro mundo, enredaderas de almíbar de pelo cubrirían los murallones. En las macetas al lado del escaño de hierro habrían flores de mazapán y merengue.
En las jardineras de greda de la entrada, habrían dos arbustos de turrón nueces confitadas.
Sobre la mesa de la terraza un florero de cristál azul con rosasperfumadas y helechos verdes como la esperanza de una vida feliz. Los nardos estarían a la salida de la casa. Junto con los liliums de mil colores. Nos sentaríamos en los atardeceres a mirar nuestra obra marvillosa. Nos tomaríamos de las manos para conjugar nuestros idiomas. Reiríamos tanto...hasta quedar exhaustos y llenos de amor.
En el jardín prometido, sólo quedó la tierra rojiza esperando por nosotros y nuestra obra que nunca se concretó.