LA CAIDA QUE NUNCA PENSÉ VER

Acá me encuentro frente a frente a él... jamás lo pensé,

era de carne y hueso. Pero es "casi" humano, aunque

su mirada es dura y cruel como siempre lo ví en la portada

de un diario o en un noticiero. Se vanagloriaba de su poder

omnipotente por que se vestía con un uniforme que le daba

la facultad de decidir sobre el destino de muchas personas.

Y ahora lo tengo acá, en la miseria de un cuerpo viejo

y enfermo. Vaya... su mirada no ha cambiado, cree que su

autoridad tampoco. Pero en su pobre senilidad ya no ordena

ahora...pide. Sus manos temblorosas que alguna vez fueron

fuertes para empuñar un arma contra un hermano, ahora

apenas sostiene una cuchara para tomar la sopa liviana

que antes eran comidas de grandes festejos luego de terminar

su cruel día.

Tapo la boca con mis manos para no decir lo que siento

y nublo mi conciencia para olvidar quien fué y ayudarlo

a calmar su dolorido cuerpo. Le enseño en secreto que

los "derechos humanos", son eso, el deber de una persona

a respetar la vida del otro.

Gritaría en su frágil cara todo lo que durante más de treinta

años un pueblo oprimido le diría. Pero callo y me doy por

pagada al ver como pide paliar su dolor y yo lo reconforto.

Lo miro desde lejos en su cama, le doy la espalda y lo dejo solo

para que haga lo que debe hacer en su pañal...

Pobre hombre... ¿le quedará conciencia?

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